Reforzar el sistema inmune en épocas de frío
Con los cambios de estación fortalecer nuestro organismo y adaptar la dieta al clima es importante para proporcionarle a nuestras células los nutrientes necesarios para hacer frente al invierno.
No tenemos el mismo tipo de alimentación en las estaciones de calor y frío. Y tener esto en cuenta a la hora de adaptar nuestros ciclos ajustándolos al de la naturaleza requiere cierta planificación.
En épocas de frío estamos más expuestos a sufrir resfriados, catarros, alergias por los cambios de estación, gripes, etc. Todo ello podemos prevenirlo (en la medida de lo posible) con una dieta bien planteada, con alimentos fortalecedores que calienten el organismo y con suplementos específicos para esta estación del año.
Muchas personas además, con el cambio de estación experimentan un cansancio muy profundo hasta que el cuerpo se adapta nuevamente y esto también podemos tratarlo con ciertos suplementos que nos aporten la energía necesaria.
Dieta fortalecedora para el otoño-invierno
En otoño e invierno si estamos en sintonía con nuestro organismo y con los ciclos sabios de la naturaleza, con toda probabilidad el cuerpo nos pedirá alimentos cocidos, calientes o templados y más grasos (grasas saludables).
Nuestra dieta en épocas de frío debería incluir los siguientes alimentos:
- Pescados azules y blancos y aves (y si eres más omnívoro carnes rojas y blancas magras)
- Legumbres
- Cereales y pseudo-cereales
- Frutos secos
- Semillas
- Verduras y hortalizas de estación
- Frutas ricas en vitamina C y bayas de estación
- Miel ecológica
- Aceite de oliva virgen, de nuez, de sésamo
- Bebidas vegetales enriquecidas con vitaminas y minerales
- Especias que calienten como la cúrcuma, jengibre, canela, nuez moscada, pimienta negra
- Infusiones digestivas como el boldo, la manzanilla, el cardo mariano, diente de león
- Chocolate con un 70% o más de cacao, sin azúcar ni leche, o chocolate de algarroba
- Pan y pasta integral
- Superalimentos como la acerola, maca, acaí, baobab, camu-camu, lúcuma, goji
- Algas y setas
- Alimentos fermentados como el yogur o el kéfir
- Hierbas frescas
Formas de cocción saludables para las épocas más frescas del año
Horno, vapor, guisado, hervido, escalfado, plancha, rehogado. Deberíamos optar por platos calientes o templados, cocidos o semicrudos y evitar también las bebidas demasiado frías, sobre todo por la noche y a partir de las 18 horas en adelante, puesto que es a partir de esa hora cuando nuestra capacidad digestiva merma y nuestro organismo tiene menos energía. Al cenar alimentos cocidos y templados estamos ayudando a que sintonice mejor con los ciclos fríos de la naturaleza (aunque excepcionalmente esta regla no siempre se da en todas las personas).
En estas épocas del año algunos platos ideales son: cremas de verduras con algas, cereales y pseudo-cereales, sopas, potajes y guisos, pescados y aves al horno con verduras y purés.
Por la noche podemos incluir infusiones digestivas o relajantes según nuestras necesidades. Para adaptarnos al nuevo cambio horario de invierno, también podemos tomar infusiones que nos ayuden a conciliar el sueño como la melisa, la melatonina, amapola, valeriana, pasiflora.
Suplementos para el otoño-invierno
Para fortalecer nuestro sistema inmune y aumentar el nivel de energía, podemos echar mano de los siguientes suplementos:
- Equinácea
- Ginseng siberiano
- Rodiola (adaptógeno)
- Vitamina C
- Complejo vitaminas B
- Jalea real, Propóleo
- Vitamina D3
- Bisciglinato de magnesio
- Probióticos
- Zinc, cobre, manganeso
- Vitamina B9 o ácido fólico (sobre todo si ingerimos menor cantidad de verduras y hortalizas crudas de hoja verde oscuro)
- Tomillo, uña de gato
El consejo es siempre que busquemos un suplemento de buena calidad y en dosis óptimas guiados por un profesional. No hace falta tomarlos durante toda la época de frío, pero sí es aconsejable hacerlo al principio del otoño y entrado el invierno y siempre que realmente lo necesitemos.
Personalmente a mí la equinácea me da muy buenos resultados, así como el complejo B y la vitamina C con zinc y propóleo. También la vitamina D3 en dosis de al menos 4000 UI diarias durante algunas semanas y los complejos de probióticos con variedad de cepas y a partir de 10 mil millones de microorganismos por cápsula. Para hacer frente al cansancio los bisciglinatos de magnesio son fantásticos y si me cuesta conciliar el sueño una infusión de melatonina con pasiflora, amapola y valeriana es la mejor opción.