Enzimas proteolíticas

Lo que necesitas saber sobre las enzimas proteolíticas

Las enzimas son esenciales para una buena salud. De hecho, estas proteínas biológicamente activas juegan un papel clave en cada una de las funciones que ocurren en el cuerpo humano. Aunque existen miles de enzimas diferentes que aceleran las reacciones químicas en todo el cuerpo -desde la respiración hasta la digestión-, uno de los tipos más importantes son las enzimas proteolíticas.

¿Qué son las enzimas proteolíticas?

Las enzimas proteolíticas, también conocidas como proteasas, ayudan a descomponer y digerir las proteínas de los alimentos que consumimos. La palabra proteasa proviene de una combinación del término pro (para proteína) y -asa (una palabra griega que significa ‘separar’). También son esenciales para muchos procesos importantes en el cuerpo, incluida la división celular, la coagulación de la sangre, la inmunidad y el reciclaje de proteínas.

Si bien el cuerpo produce su propio suministro en el páncreas, las enzimas proteolíticas también se pueden encontrar en ciertos alimentos y suplementos.

Enzimas proteolíticas en los alimentos

Aunque las enzimas que digieren las proteínas son producidas naturalmente por el cuerpo, las enzimas proteolíticas también se pueden encontrar de forma natural en ciertos alimentos. Dos fuentes comunes son las papayas y las piñas.

Las papayas contienen papaína, una enzima proteolítica que descompone eficazmente las proteínas en sus aminoácidos. Las piñas, por otro lado, proporcionan otra enzima proteolítica conocida como bromelina. Los estudios sugieren que la bromelina se puede usar terapéuticamente en una variedad de afecciones, desde problemas respiratorios hasta trastornos digestivos.

Si bien las papayas y las piñas son las fuentes dietéticas más conocidas, los siguientes alimentos también contienen enzimas proteolíticas:

• Espárragos
• Jengibre
• Kéfir
• Kimchi
• Kiwi
• Chucrut
• Yogur

Suplementos de enzimas proteolíticas

También se pueden encontrar enzimas proteolíticas en forma de suplemento dietético. Algunos suplementos son formulaciones de una sola enzima, mientras que otros contienen múltiples tipos de enzimas proteolíticas, que pueden derivarse de fuentes vegetales y animales tales como la bromelina, quimotripsina, pancreatina, peptidasa, papaína y la tripsina.

Otra formulación de suplemento común es la pancreatina, que en realidad es una mezcla de proteasa (para descomponer las proteínas), amilasa (para descomponer los carbohidratos) y lipasa (para descomponer las grasas). Mientras que la bromelina y la papaína provienen de la fruta, la quimotripsina, la pancreatina y la tripsina se derivan del páncreas de los cerdos y las vacas.

Los suplementos de enzimas proteolíticas pueden ser beneficiosos para las personas que no pueden producir suficiente cantidad de sus propias enzimas. Sin embargo, siempre es una buena idea buscar la orientación de un médico antes de comenzar con un nuevo suplemento. Además, al elegir un suplemento, hay que tener en cuenta que las enzimas no siempre se miden en miligramos, unidades internacionales u otras medidas de peso. Se miden por unidades de potencia y actividad. Las unidades de medida comunes incluyen HUT, USP y SAP. Estas unidades de medida están reguladas por el Food Chemical Codex (FCC) y son aceptadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.

Enzimas proteolíticas para la digestión

Mejorar la digestión es la razón más común por la que las personas toman enzimas proteolíticas suplementarias. Si bien la mayoría de las personas solo necesitan apoyo ocasional, las personas con fibrosis quística, ciertos tipos de cáncer (cáncer de colon, páncreas o estómago), insuficiencia pancreática exocrina (una afección en la que una persona no puede producir suficientes enzimas) y aquellos que se han sometido a una cirugía gastrointestinal, a menudo requieren dosis terapéuticas para reemplazar las enzimas faltantes.

La investigación en animales muestra que las enzimas proteolíticas en los kiwis pueden mejorar la digestión al descomponer las proteínas que se encuentran en la carne, aves, pescado, huevos y productos lácteos. Un ensayo clínico en el que participaron 40 pacientes que padecían trastornos digestivos descubrió que la ingesta de un suplemento de enzimas proteolíticas alivió los síntomas digestivos, como dolor abdominal, eructos, distensión abdominal, acidez y pérdida de apetito.

Enzimas proteolíticas para la inflamación

Las enzimas proteolíticas no solo ayudan a la digestión, sino que también poseen propiedades antiinflamatorias. Por ejemplo, cuando los investigadores inyectaron enzimas proteolíticas en animales, encontraron que la enzima quimotripsina era eficaz para curar el daño tisular por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

También se ha demostrado que las enzimas proteolíticas benefician las afecciones inflamatorias. Los investigadores encontraron que la bromelina redujo eficazmente la inflamación y la rigidez en personas con artrosis. Otro estudio que apareció en la revista Clinical Rheumatology comparó un suplemento multienzimático con el fármaco antiinflamatorio no esteroideo recetado diclofenaco en un grupo de 103 pacientes con artrosis de rodilla. El estudio encontró que el 51,4 por ciento de los que tomaron las enzimas proteolíticas experimentaron una reducción de la inflamación en comparación con el 37,2 por ciento de los que tomaron el diclofenaco.

Las enzimas proteolíticas también pueden ser beneficiosas para aliviar la inflamación y el dolor relacionado en otras afecciones, incluida la sinusitis y la inflamación relacionada con la cirugía dental.

Dolor y enzimas proteolíticas

Varios estudios sugieren que las enzimas proteolíticas pueden reducir varios tipos de dolor. Un estudio informó que la suplementación con enzimas proteolíticas que contienen rutina dio como resultado una reducción moderada del dolor crónico de cuello y hombros.

La suplementación con enzimas proteolíticas parece ser una forma particularmente eficaz de aliviar el dolor muscular de aparición tardía (DOMS), que a menudo se experimenta después de un entrenamiento intenso. En un ensayo clínico, 20 corredores comenzaron a tomar un suplemento de enzima proteolítica o un placebo. Las personas que tomaron el suplemento experimentaron significativamente menos DOMS en comparación con las que tomaron el placebo. También tenían menos rigidez y mejor movilidad después de la carrera.

También se ha demostrado que la suplementación con enzimas proteolíticas alivia el dolor lumbar asociado con la osteoartritis de la columna lumbar. En un estudio de seis semanas de 40 hombres y mujeres que padecían artrosis de la columna lumbar, los que tomaban enzimas proteolíticas experimentaron una marcada disminución del dolor en comparación con los que tomaban un medicamento antiinflamatorio no esteroideo tradicional (AINE). Además, no informaron los efectos secundarios gastrointestinales que se experimentan comúnmente con la ingesta de AINE.

Efectos secundarios de las enzimas proteolíticas

Los suplementos de enzimas proteolíticas se consideran seguros en la mayoría de las personas. Sin embargo, algunas personas pueden ser alérgicas a determinadas enzimas proteolíticas. El uso crónico de pancreatina también puede resultar en una deficiencia de ácido fólico.

Además, siempre se recomienda consultar con su profesional de la salud si está tomando medicamentos. Algunas enzimas proteolíticas como la bromelina o la papaína pueden interferir con ciertos medicamentos anticoagulantes como la warfarina. La papaína también puede aumentar las concentraciones sanguíneas de ciertos antibióticos. Por último, es importante buscar asesoramiento sobre si los suplementos de enzimas son adecuados para cada uno.

Conclusión

Aunque el cuerpo produce su propio suministro de enzimas proteolíticas, los efectos del envejecimiento y algunas condiciones de salud pueden contribuir a la deficiencia de las mismas. Agregar enzimas proteolíticas de fuentes dietéticas o suplementos puede ayudarlo a digerir y absorber las proteínas que consume. Las enzimas proteolíticas suplementarias también pueden desempeñar un papel en la reducción de la inflamación y el alivio del dolor. Asegúrate de consultar con un profesional de la salud antes de tomar un suplemento de enzimas proteolíticas para asegurarte de que sea adecuado para tu plan de bienestar.

Autor colaborador

Mikel García Iturrioz

Director técnico de Misohi Nutrición y Cosmética

Misohi nutrición

Bibliografía

1. Ahtar, NM, Naseer, R., Farooqi, AZ, Aziz, W y Nazir M. (2004). Combinación de enzimas orales versus diclofenaco en el tratamiento de la osteoartritis de rodilla: un estudio prospectivo aleatorizado doble ciego. Reumatología clínica, 23 (5): 410-5.
2. Al-Khateeb, TH y Nusair, Y. (2008). Efecto de la enzima proteolítica serrapeptasa sobre la hinchazón, el dolor y el trismo después de la extracción quirúrgica de terceros molares mandibulares. Revista Internacional de Cirugía Oral Maxilofacial, 37 (3), 264-268.
3. Bekit, AA, Hopkins, DL, Geesink, G., Bekhit, AA y Franks, P. (2014). Proteasas exógenas para el ablandamiento de la carne. Revisión crítica de la ciencia de los alimentos y la nutrición, 54 (8), 1012-1031.
4. Braun, JM, Schneider, B. y Beuth, HJ (2005). Uso terapéutico, eficacia y seguridad de la enzima proteolítica de la piña Bromelina-POS en niños con sinusitis aguda en Alemania. En Vivo, 19 (2), 417-421.
5. Brien, S., Lewith, G., Walker, A., Hicks, SM y Middleton, D. (2004). Bromelina como tratamiento para la osteoartritis: una revisión de estudios clínicos. Medicina alternativa y complementaria basada en evidencias, 1 (3), 251-257.
6. Efiana, NA, Dizdarevic, A., Huck, CW y Bernkop-Schnurch A. (2019). Mejora de la permeación de la vancomicina en el moco intestinal mediante la incorporación en nanoportadores que contienen palmitato de papaína. Revista de ciencia farmacológica, 108 (10), 3329-3339.
7. Ha, M., Bekhit, AE, Carne, A. y Hopkins, DL (2013). Caracterización de extractos enzimáticos de kiwi y espárrago y su actividad frente a las proteínas cárnicas. Química de los alimentos, 136 (2), 989-998.
8. Heck, AM, DeWitt, BA y Lukes, AL (2000). Posibles interacciones entre terapias alternativas y warfarina. Revista Estadounidense de Farmacia del Sistema de Salud, 57 (13), 1221-1227.
9. Kaur, L. y Boland, M. (2013). Influencia del kiwi en la digestión de proteínas. Advances in Food and Nutrition Research, 68, 149-167.
10. Krishnamurty DM, Rabiee A, Jagannath SB y Anderson, DK (2009). Pancrelipasa de liberación retardada para el tratamiento de la insuficiencia exocrina pancreática asociada con la pancreatitis crónica. Terapéutica en la gestión de riesgos clínicos, 5, 507-520.
11. Majeed, M., Majeed, S., Nagabhushanam, K., Arumugam, S., Pande, A., Paschapur, M. y Ali, F. (2018). Evaluación de la seguridad y eficacia de un complejo multienzimático en pacientes con dispepsia funcional: un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo. Revista de alimentos medicinales, 21 (11), 1120-1128.
12. Matsumura, Y. (2012). El papel de las proteasas derivadas de fuentes de alérgenos en la sensibilización a través de las células epiteliales de las vías respiratorias. Revista de alergia, 903659, 1-11.
13. Melini, F., Melini, V., Luziatelli, F., Ficca, AG y Ruzzi, M. (2019). Componentes que promueven la salud en los alimentos fermentados: una revisión sistemática actualizada. Nutrientes, 11 (5), 1189.
14. Miller, PC, Bailey, SP, Barnes, ME, Durr, SJ y Hall, EE (2004). Los efectos de la suplementación con proteasa sobre la función del músculo esquelético y DOMS después de una carrera cuesta abajo. Revista de Ciencias del Deporte, 22 (4), 365-372.
15. Montoya, CA, Rutherfurd, SM, Olson, TD, Purba, AS, Drummond, LN, Bland, MJ y Moughan, PJ (2014). La actinidina de los kiwis (Actinidia delicosa cv. Hayward) aumenta la digestión y la velocidad de vaciado gástrico de las proteínas de la carne en el pozo de crecimiento. Revista británica de nutrición, 111 (6), 957-967.
16. Mössner, J. y Keim, V. (2011). Terapia de enzimas pancreáticas. Deutsches Aztebl International, 108 (34-35), 578-582.
17. Mótyán, JA, Tóth, F. y Tözsér, J. (2013). Aplicaciones de investigación de enzimas proteolíticas en biología molecular. Biomoléculas, 3 (4), 923-42.
18. Naeem, H., Naqvi, SN, Perveen, R., Ishaque, F., Bano, R., Abrar, H., Malik, N. (2020). Eficacia de las enzimas proteolíticas en el tratamiento de pacientes con osteoartritis de la columna lumbar (dolor lumbar) y sus efectos sobre las enzimas hepáticas y renales. Revista Pakistaní de Ciencias Farmacológicas, 33 (1) (Suplementario), 371-378.
19. Popiela, T., Kulig, J., Hanisch, J. y Bock, PR (2001). Influencia de un tratamiento complementario con enzimas orales en pacientes con cánceres colorrectales: un estudio de cohorte epidemiológico retrolectivo. Quimioterapia y farmacología del cáncer, 47 Suppl , 55-63.
20. Shah, D. y Mital, K. (2018). El papel de la tripsina: quimotripsina en la reparación de tejidos. Avances en la terapia, 35 (1), 31-42.
21. Su, HP, Huang, MJ y Wang, HT (2009). Caracterización de las proteasas de jengibre y su potencial como sustitutivo de la renina. Revista de ciencia de la alimentación y la agricultura, 89 (7), 1178-1185.
22. Swamy, A. y Patil PA. (2008). Efecto de algunas enzimas proteolíticas utilizadas clínicamente sobre la inflamación en ratas. Revista India de Ciencias Farmacéuticas, 70 (1), 114-117.
23. Tamang, JP, Shin, DH, Jung, SJ y Chae, SW (2016). Propiedades funcionales de microorganismos en alimentos fermentados. Frontiers in Microbiology, 7, 578.
24. Tilscher, H., Keusch, R. y Neumann, K. (1996). Resultados de un estudio comparativo aleatorio, doble ciego de Wobenzym-placebo en pacientes con síndrome cervical. Wien Med Wochenshr, 146 (5), 91-95.